Biblical Meditation

Meditación Si vivimos para Cristo, y su Palabra nos transforma más y más, entonces Dios puede darnos el hallar gracia delante de la gente para que nuestras palabras sean más agradables ante los demás. Recuerdo que antes de conocerle, era una persona bastante odiosa y no entendía por qué las demás personas mostraban un rechazo hacia mí. Un día pude entender que había mucho en mí que estaba mal, y después de varios años de entregar mi vida a Cristo, Él empezó a darme más gracia con la gente. Aunque sigo en ese proceso. Pensemos en los beneficios de vivir para Dios. ¿Qué pecado podría haber que no hemos entregado, y por lo cual resultamos odiosos ante los demás? La Palabra de Dios Los labios del justo saben hablar lo que agrada. Proverbios 10.31a

Meditación  La Palabra de Dios vale más que oro muy puro. Vale más que cualquier viaje que deseemos o relación que anhelemos, mucho más que tener mucho dinero. A través de su Palabra, Dios se comunica con nosotros, nos deja saber qué debemos hacer para que nos vaya bien en la vida. Es el único libro que si leemos y obedecemos a diario, promete que en todo nos irá bien.  Por medio de la Biblia, Dios pretende evitar en nosotros toda clase de malos caminos como las drogas, la mala salud, las malas decisiones financieras, los divorcios y los suicidios. Hay tanto amor en su Palabra, y tantas palabras de sabiduría para ser felices y estar bien. Por supuesto, no quiere decir que si una persona sufre una de estas situaciones es porque necesariamente hizo algo mal, por ejemplo una enfermedad. Pero sí existen muchísimas vivencias negativas que son el fruto del desconocimiento de su Palabra.  Definitivamente en la Palabra de Dios tenemos algo mucho más valioso que el oro! La Palabra...

Meditación Existe una acción sencilla, pero difícil de mantener, que podemos seguir para que nos vaya bien en todo lo que hagamos. Consiste en leer la Palabra de Dios, con la intención firme y determinada de obedecer todo lo que leamos.  Si hacemos esto, todas las cosas nos van a salir bien. Suena fácil, pero en medio del ajetreo diario lo podemos olvidar o simplemente dejar de hacer, pero la disciplina que Dios nos da será una aliada imprescindible para aún así lograrlo. La Palabra de Dios Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Josué 1.8 ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Salmos 119.97

  Meditación Dios nunca es quien está equivocado. Dios nunca es quien tiene la culpa de mis problemas o debilidades. Algunas veces no entendemos por qué Dios permite los problemas en el mundo o en nuestras propias vidas; hambre en África, nos despiden del trabajo, un familiar tiene un accidente grave, toda clase de problemas y situaciones que se dan en este momento. Si bien muchas veces no podremos entender la razón por la cual ocurren las situaciones, podemos estar seguros que Nunca  es la culpa de Dios. Él nos hizo y es perfecto, nunca habrá sido su culpa. Es más probable que Dios tenga un propósito más alto que nuestra mente no entiende, o bien alguna persona decidió hacer el mal y Dios lo permite temporalmente, porque éste es tiempo de misericordia. Pero algún día todo ser humano tendrá que dar cuenta a aquel que juzga y está en el cielo. La Palabra de Dios ¿Será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo? Job 4.17

Meditación Hay pecados que no somos capaces de discenir por nuestra naturaleza pecaminosa. Pensamos que estamos haciendo todas las cosas bien, o al menos muchas cosas bien, y no nos imaginamos que ciertas actitudes, maneras de pensar, o acciones están equivocadas.  Necesitamos pedir a Dios que nos dé guía y nos revele qué está mal en nuestra vida. Podría ser necesario pedirle humildad, porque todos tenemos orgullo en mayor o menor medida, y éste nos impide ver qué tenemos que mejorar. La Palabra De Dios De seguro conviene que se diga a Dios: He llevado ya castigo, no ofenderé ya más; Enséñame tú lo que yo no veo; Si hice mal, no lo haré más. Job 34.31-32 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Salmos 19.12