Meditación
En el caminar cristiano, se nos suele recalcar la importancia de que leamos la Biblia a diario. A través de ella, Dios puede hablarnos y transformar nuestra vida. Sin embargo, tan importante como leer su Palabra es permitirle a Él capturar nuestra atención, es decir, que centremos toda nuestra atención en qué nos está diciendo (específicamente para mi vida).
Hace unos años viví un par de meses con salud delicada. Pasé en cama con fiebre, debilidad y dolor, en múltiples ocasiones diferentes en solo una semanas. Realmente me empecé a preocupar porque anteriormente gozaba de buena salud, pero algo había pasado con mi cuerpo. Aunque tomaba medicamentos y antibióticos, y seguía las recomendaciones médicas, nada parecía funcionar.
Al cabo de unos días, Dios me llevó a abrir la Biblia (en el versículo de abajo) y me hizo ver que aunque yo estaba leyendo su Palabra a diario, no le estaba prestando mi atención. No le oía atentamente ni silenciaba mi mente con el fin de obedecerle. Leía porque tenía que hacerlo. Fue como una revelación, le pedí a Dios perdón y que me ayudara a corregir mi problema. En seguida mi salud comenzó a mejorar y recuperé mis fuerzas. Tal vez Dios había permitido todo esto para capturar mi atención.
No se trata solo de cuanto leemos la Biblia, sino de qué tanto Dios logró capturar nuestra atención. Eso es lo que más transforma nuestra vida y nos enamora de Él.
Para Meditar (puedes comentar si deseas)
¿Qué tanta atención le presto a Dios cuando leo su Palabra?
La Palabra de Dios
Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, é hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído á sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié á los Egipcios te enviaré á ti; porque yo soy Jehová tu Sanador. Éxodo 15:26