Vamos a hacer unas cuantas deducciones lógicas con base en las Escrituras, para encontrar qué realmente hace feliz a una persona y lo que deberíamos hacer.
Primero un par de versículos (Salmos 16:2 y 11): "Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti". "En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre". A partir de lo anterior, se infiere que el secreto de la felicidad es estar cerca de Dios, en otras palabras, tener una relación cercana con Él.
Ahora bien, la Palabra dice hay un par de requisitos para tener comunión con Dios:
1. Necesitamos llegar a Dios a través de un Salvador, pues todos hemos pecado y Dios no tolera el pecado. En Juan 14:6 dice "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí". Por lo tanto, tenemos que creer en Jesucristo, y hacerle el Señor de nuestra vida. En Romanos 10:9 leemos: "Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo".
2. Necesitamos vivir en obediencia. En Juan 15:14 dice "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando". Si bien todos pecamos, necesitamos un corazón que verdaderamente desee obedecer a Dios en todo.
Así que, la felicidad consiste en tener una conexión o relación personal con Dios, a través de Jesucristo, y viviendo una vida de obediencia. Y el propósito de todo ser humano es encontrarse con Dios para alabarle y adorarle principalmente con una vida (también con alabanzas), lo cual implica obedecerle.