Todos hemos pecado. No existe persona en la tierra que sea perfecta, con excepción de Jesucristo, quien nunca cometió un error. Si así no fuera, no hubiera sido necesario que Jesús viniera al mundo a salvarnos.
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque. Eclesiastés 7:20
Si hemos creído en Jesucristo y le hemos hecho nuestro Señor y Salvador, tenemos un anhelo en el corazón de andar en sus caminos, de la manera que Él anduvo. Pero sabemos que en algún momento pecaremos, porque somos imperfectos.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 1 Juan 1:8
Cuando esto suceda: ¿Qué debemos hacer?
Es importante que confesemos nuestras faltas directamente a Dios, sin ocultar (o encubrir) lo que sucedió. Encubrimos nuestro pecado cuando decimos frases como "yo no soy así, es que me provocaron", "es que si ellos no se comportaran de esa manera", "es que esa persona no debería provocarme". Al hacerlo, estamos "justificando" nuestro pecado, como si no fuera terrible para Dios. Por el contrario, la confesión debe ser directa, pidiendo perdón a Dios y confesando que lo que hicimos estuvo mal. Un ejemplo de una buena confesión sería "Dios, dije malas palabras y sé que esto te desagrada, perdón. Ayúdame a no decirlas más por favor". Y así con cualquier pecado, en nuestras palabras.
Además, necesitamos tener un corazón que sinceramente desee apartarse del pecado. Nunca sería correcto pedir perdón sabiendo que seguiremos haciendo lo mismo. Con dicha actitud no es posible alcanzar alguna misericordia de Dios
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13
Finalmente, hay pecados que dejarán una huella de culpa en el corazón, pues nos duele que le fallamos a Dios. O sencillamente porque satanás nos acusa por haber pecado. En ese momento necesitamos meditar sobre el perdón de Jesucristo, hasta creerlo enteramente. También es necesario orar a Dios para que borre toda nuestra culpa y comprendamos su amor y misericordia.
¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Miqueas 7:18-19.
No deberíamos tomar el pecado pasado como una excusa para repetirlo, pensando que ya no tiene caso, pues "de por sí ya pecamos". Por el contrario, Dios está deseoso de perdonarnos y hacernos vivir en santidad, si se lo pedimos.
Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón. 1 Samuel 12:20
Para Meditar
¿Cómo suelo reaccionar cuando cometo algún pecado? ¿Qué dice la Biblia al respecto?