Meditación
Uno de los mayores privilegios del ser humano es la posibilidad de una relación verdadera y personal con Dios. Si meditamos en ello, concluiremos que no existe un ser o persona más importante que Él, y esta comunión está disponible para quien lo desee.
¿Se imaginaría usted que el presidente de su país le dedicara una hora de su vida diaria, porque desea entablar una relación de amistad con usted? ¿Desaprovecharía usted esta oportunidad?
Algo mucho más increíble ha sucedido con Jesucristo. Él, siendo el Rey del universo, quien creó todo lo que existe, quiere tener cercanía con cada uno de nosotros. Y no nos limita su tiempo a una hora diaria, sino que podemos disponer tantos minutos y horas como nuestra agenda y ánimo lo permitan.
¿Vamos a desaprovechar la oportunidad de hablar con Él a diario, contándole lo que nos sucedió, pidiéndole guía, y escuchando sus consejos particulares según lo que hemos vivido? La Palabra de Dios nos dice que es mejor vivir tan solo un día de comunión y cercanía con Él, que mil días lejos de nuestro Salvador.
Corramos entonces a su presencia, urgidos por un alma que tiene sed de Dios. Donde la ansiedad y depresión suelen desaparecer, y la paz inunda nuestro ser.
Para Meditar
¿Con cuál persona famosa o admirable me gustaría sentarme a tomar un café a diario?
¿Se compara esa experiencia hipotética con el privilegio de tener una relación diaria con Dios?
La Palabra de Dios
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Salmos 84:10a
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20