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No seamos como un Caballo o un Mulo

Meditación Dios desea darnos un corazón tal que nos diga qué hacer, y nosotros inmediatamente obedezcamos. Sin embargo, por naturaleza tenemos un corazón de piedra, a quien Él habla una, dos y muchas veces sin captar nuestra atención o provocar nuestra obediencia. Por cuanto Dios nos quiere evitar el sufrimiento que provocarán nuestras malas decisiones, en ocasiones permite situaciones difíciles en nuestra vida. De esta manera somos susceptibles a voltear nuestra mirada a Él, y empezamos a escuchar su voz y tomar decisiones que nos harán bien. Otro problema que aqueja al ser humano es que solamente buscamos a Dios cuando vivimos problemas o tristezas profundas. Solemos olvidarle en temporadas de éxitos y bendiciones, en lugar de agradecerle y acercarnos a Él. Pero Dios desea formar en nosotros un carácter que le busque de manera estable, tanto en días de éxtasis y felicidad, como en momentos de tristeza profunda. Por esta razón, permite pruebas y dificultades, para que no nos olvidemos...

Los que buscan a Dios entienden todas las cosas

Meditación ¿Alguna vez has escuchado a una persona quejarse constantemente por las injusticias de la vida? ¿O el no entender por qué Dios permite las injusticias en este mundo? Aunque muchas veces no sabemos por qué Dios hace las cosas, lo cual es esperado porque nuestra mente es limitada, una persona sabia no se va a quejar con Dios, pues entiende que Él es soberado y tiene un propósito superior, que nosotros claramente no podemos comprender ni mucho menos cuestionar. En cierta manera, quien obra así está entendiendo el propósito de Dios, pues sabe que Él es justo y hará su justicia perfecta algún día, aún si no lo podemos ver hoy. Este individuo espera en Dios, y Él le revela muchos de sus pensamientos a lo íntimo. Por otro lado, quienes no buscan a Dios difícilmente entienden sus propósitos y se niegan a confiar en Él. Mas bien, se quejan constantemente, como si ellos mismos fueran mejores que nuestro creador, revelando su falta de entrega a Dios. Para Meditar ¿Alguna vez nos quejam...